jueves, 3 de febrero de 2011

Conferencia de Carmen Galano: Clínica del Estrago Colegio Clínico, noviembre 27 de 2001

Carmen Galano: bueno y ya me hicisteis sentir también como en mi casa, efectivamente.
Bueno, este tema que me solicitasteis, pues me daba cuenta esta tarde que me daba ocasión de rectificar lo siguiente, voy a poner el acento en eso. Yo estuve en Colombia, en Medellín hace ya como 3 años, cosa así, para un Seminario de varios días de Sexualidad Femenina que han publicado después. Y precisamente releyendo lo que yo había trabajado en Medellín sobre el estrago madre-hija y el estrago hombre-mujer me apareció un problema, esto no va. Cuando yo lo trabajé entonces hay algo que no vi, de lo que yo no me di cuenta que tenía una gran importancia clínica y una gran importancia para la dirección de la cura en las mujeres. Y ademán han sido algunas analizantes, y en análisis muy avanzados las que yo creo que ahí está el punto que se juega para ellas en esos momentos de final de análisis, me hizo yo creo percibir (...) (arreglos con el micrófono)
Esa experiencia de la clínica y la práctica analítica, las que han sido las analizantes que me han hecho darme cuenta que había un problema teórico que yo no tenía visto, ni claro respecto del estrago, y que no es sin importancia. Por eso quiero poner hoy el acento ahí, porque en la medida en que algo de los análisis queda esclarecido para mí, me ha hecho ver que esta propuesta, esta fórmula de Lacan que es de la que voy a partir en el estrago madre-hija, que es el párrafo del Atolondradicho que voy a leer para comenzar, que ahí yo tenia un deslizamiento y una confusión, algo que no tenia resuelto. Dar esta segunda vuelta 3 años después más o menos, en Buenos Aires, me ha venido muy bien y por eso lo quiero compartir con vosotros.

¿De dónde tomamos el término? No es usual, sabemos que es un término que no es usual entre los no lacanianos y de hecho no ha sido usual en los lacanianos hasta hace unos años. Hasta que se ha leído un poco más a fondo El Atolondradicho. Les voy a leer el párrafo, despacio, porque para quien no lo conozca... hay que leerlo, sino no vamos a poder pensar las cosas. Lacan dice:
“La elucubración freudiana del Complejo de Edipo que ve en él a la mujer como pez en el agua por el hecho de que la castración está en ella de partida (Freud dixit), (o sea que ya nos está indicando Freud dice... bueno, vamos a ver sí esto de la castración está en ella de partida... claro, cuando lo dice Lacan después- doy una referencia muy rápida, tiene un texto crucial que esclarece machismo, a mí al menos me ha esclarecido muchísimas cosas para releer el Edipo freudiano, y lo digo como referencia porque hoy no nos vamos a centrar en eso- para entender la entrada en la niña en la función fálica, la castración con la significación fálica, hay que leer “La Significación del falo”, sobre todo la última parte. Leyendo bien la última parte de La Significación del falo” se ordenan muchas cosas de estas confusiones que surgen respecto a cómo Freud concibe la castración de la niña, que es solo la castración de no tener el órgano, de no tener el pene, que eso sí es de partida, la castración como significación subjetiva... ahí (...) Freud dixit... Lacan que ha trabajado todo el tema del Edipo, de la castración, de la significación fálica toma distancia en el momento de L’tourdit para cuestionarlo. Bien, esa elucubración freudiana- sigo leyendo el párrafo- contrasta dolorosamente con el hecho del estrago que es en la mujer, para la mayoría, la relación con su madre de donde parece esperar como mujer, y él subraya: como mujer más subsistencia que de su padre- subrayo el término subsistencia que no lo tengo claro del todo, como no tenía acá más diccionarios... tengo la duda- más subsistencia que de su padre, lo que no va sin él como segundo en ese estrago”

Este es un párrafo desde el que siempre partimos cuando pensamos en la clínica del estrago madre-hija.

Ayer Gabriel Lombardi y Susana Díaz tuvieron la gentileza de buscarme en los diccionarios porque tenía yo una duda, si el término ravage tiene la misma significación y campo semántico que estrago en francés, gentileza que tuvieron a las tripas (¿) ayer por la tarde, incluso hace una hora, de hacer una búsqueda en el diccionario y me han ayudado a clarificar la cosa. No voy a extenderme mucho en esta cuestión de la etimología porque sino nos comería parte de la conferencia de hoy, lo que sí puedo decir es que ravage viene de....... y que su etimología es rapide, que en español ha dado raptar, atrapar. Sin embargo estrago tiene un origen latino también, viene del griego, cuya connotación es muy otra en la etimología: ruina, daño, desastre, desolamiento... nada que ver con raptar, atrapar, captar.

Bien, sin embargo, lo que han sido las connotaciones en la lengua, lo que aparece en los diccionarios, hay dos sentidos de ravage en francés que finalmente también funcionan en castellano, porque hay una diferencia entre decir ravage y .......... de ravage, la misma, me parece que bastante próxima, a la que en castellano distingue estrago y causar o hacer estrago. Quizás la diferencia no es muy grande entre ravage y estrago diría implemente que el acento en francés está más puesto en el aspecto de destrucción, de daño, destrucción, asolamiento, etc., sin embargo en castellano hay una dimensión, sí de destrucción, daño, devastación, pero también de exceso. En el María Moliner hay una referencia explícita en referencia al goce que esa sí quiero leer, además del primer sentido usual que es de destrucción, destrozo muy grande, dice: “llegar al abuso de las sensaciones fuertes y excitantes a incapacitar un sentido por la sensibilidad en general para distinguir lo bueno de lo malo o percibir las sensaciones delicadas. Se emplea particularmente en las expresiones ‘estragar el gusto’, ‘estragar el paladar’

Bien, porqué me parece importante esta connotación en castellano, porque está la dimensión del goce- el exceso- pero también la incidencia en el sujeto, que diría para resumir, anonada al sujeto. Anonada al sujeto e impide ubicarse en un orden simbólico porque solamente en el orden simbólico es el orden de la discriminación. Solo en el orden simbólico hay elementos discretos que permiten percibir, discriminar las sensaciones delicadas. Luego, hay algo donde se borra, se abole la capacidad de discriminación, de distinguir lo bueno y lo malo... de situarse, lo que indica bien que es un momento el del estrago en el que el sujeto está, diríamos, radicalmente abolido del orden de lo simbólico, que es el orden de la subjetividad, porque no hay subsistencia de la subjetividad más que en el significante.

De aquí a mí me ha ayudado a entender por qué el término subsistencia. Bien, después, en francés, el ..... de ravage el acento está más puesto en el amor, hacerse amar y hacerse sufrir, en un amor que daña, no a quien se hace amar sino a quien ama. Es importante el sentido del hacer estragos... se dice ‘ese hombre hace estragos entre las mujeres’, en el sentido que despierta pasiones, se hace amarse él, pero la incidencia que tiene en las mujeres... es de daño, de sufrimiento.

Y sin embargo en castellano la dimensión del amor no está tan puesta como en el ravage en francés que tiene que ver con el rapto, también de la experiencia amorosa de estar transportado en el amor; en español me parece que está puesto el acento más del lado del goce, en una conmoción fuerte.

Bien, esta precisión en los términos, que podría comentar más ampliamente pero lo podéis buscar vosotros en los diccionarios, me parece que nos acerca a que el empleo del término ravage por Lacan no es caprichoso pues indica que se trata de situar en la estructura la incidencia en el sujeto de un Real que no hace síntoma. Estrago no es síntoma (el subrayado está oralmente expresado por CG). De ahí que habrá que dejar bien en claro. no todo, goce otro, otro goce, no sé cuanto (...) religiones lacanoides, misterios del goce femenino, no. Es una cuestión clínica que tiene toda su importancia en la (¿estructura o literatura? Porque si no distinguimos entre estrago y síntoma mal nos podemos orientar en la clínica psicoanalítica.

Bien, un Real que no hace síntoma. Es decir que no se anuda con lo simbólico del significante, está excluido de lo simbólico, de ahí también la experiencia subjetiva de un sujeto que no se puede ubicar, que no se puede discriminar.

Estrago es otra cosa que un síntoma neurótico. De ahí el interés que tiene como cuestión clínica para nosotros.

Lacan habla del estrago par situar una experiencia dolorosa específica de la posición femenina. No habla en el plano de las neurosis sino de algo que es estructural, en la mayoría de los casos. Se pueden contar casos en que no hay estrago en la relación madre-hija, pero es muy poco frecuente (...) tiene una posición en esa mujer que habita en la madre que se encuentra raras veces. Aunque puede ser, y quizás, quizás. Si nos importa también algo de la incidencia del psicoanálisis que quizá (...) pueda producir mujeres analizadas que como madres eviten a su hija la dimensión dolorosa del estrago. Porque sino... que el estrago no sea síntoma sino estructural no quiere decir que para el psicoanálisis la apuesta ética sea que con el estrago no hay nada que hacer. (...) igual que la que ha sido la niña de esa madre hay una salida del estrago, también precisamente hay una salida en cuanto a lo que va a poder transmitir a su hija.

Bien, pero no se trata de la neurosis. No se trata de la histeria. En otros términos, hay que distinguir entre posición femenina e histeria. Una experiencia dolorosa en su relación con el otro y que emerge estructuralmente en dos tiempos de la vida femenina. Porque Lacan hace referencia al estrago no solo en la relación madre-hija sino como algo estructural en la relación hombre-mujer. En un primer tiempo de la niña es la relación con su madre y después el estrago va a aparecer en la relación con un hombre. No son lo mismo el estrago en la relación madre-hija y en la relación hombre-mujer, hoy no voy a hablar aquí de la relación hombre-mujer, sobre esto hablaré mañana en La Plata. Pero responden para Lacan al mismo punto de la estructura. (...) pero me parecía primero dar una vuelta por el estrago madre-hija antes de dar una vuelta por el estrago hombre-mujer, porque además temporalmente en los análisis va a aparecer en esa secuencia.

En qué punto de la estructura? Un punto de la estructura que Lacan escribe como un matema y que es central este matema para leer el Seminario Aún, que puede esclarecer la óptica de la posición femenina, que es S (A/tachado), ahora, S(A/ tachado) en el S. Aún, lo que aquí le importa a Lacan no hay que leerlo solamente como Significante en la falta del Otro, una falta en el saber, falta de saber en el Otro, falta en el saber, falta de saber en el A, un punto de agujero en el saber, un punto en falta en lo Simbólico que hace que no hay respuesta del lado del saber. En el S. Aún no es lo esencial para situar con qué una mujer se las tiene que arreglar (...) la relación fundamental para una mujer en ese desdoblamiento respecto a la función fálica.

S(A/ tachado) ahí donde la verdad balbucea y no puede decirse toda, pone más el acento del lado de la verdad no-toda, imposible de decir toda, que en la vertiente falta en el saber. Claro que la verdad no puede decirse toda es también un agujero en el saber. Pero no tiene la misma connotación cuando se trata de interrogar para la niña su (...) femenina.

En el capítulo Una carta de almor (S.XX) dice, el Otro no es simplemente este lugar en el que la verdad balbucea, merece representar eso con lo que la mujer tiene profundamente relación, no tenemos de eso sino testimonios esporádicos. Y, va a decir, la mujer tiene relación con el Significante de ese Otro barrado en tanto, - qué quiere decir ese barrado ahí- no es el Otro que no existe, no, que La mujer no exista no quiere decir que nada exista en el lugar de S(A/tachado). Quiere decir que en tanto que como Otro no puede sino permanecer siempre Otro. Y cuando se quiere atrapar su otredad, su alteridad, no se la puede atrapar. Está en presente pero de un modo que será puro enigma, como se le plantea a Freud. - No puedo aquí sino suponer que con esto Uds. van a evocar mi enunciado de que no hay Otro del Otro. El Otro es el lugar del que viene a inscribirse todo lo que puede articularse de significante es en su fundamentalmente, radicalmente Otro. Es por eso que ese significante escrito con este paréntesis abierto marca al Ot/ro como tachado. Y cómo concebir que el Otro pueda ser en alguna parte, eso en relación a lo cual una mitad de los seres hablantes, las mujeres se refiere (¿). Dice, solo tenemos de eso testimonios.... Termino leyendo para que tengáis la cita, la referencia al Seminario Aún... La mujer tiene relación con S(A/tachado) y ella en eso que ella se desborda. Que no es toda... (1)

(1) LA CITA LEIDA Y COMENTADA POR C.G. SE ENCUENTRA EN LA PÁGINA 98 DEL SEMINARIO AÚN, EDITORIAL PAIDÓS, BUENOS AIRES, 1998. TRADUCCIÓN DE DIANA RABINOVICH CON EL ACUERDO DE J.A.M.





... Porque por otra parte puede tener la ........... designado como el falo tal como lo preciso que es el Significante que no tiene significado


S(A/tachado)






xL/a

(inescencia, inexistencia femenina)


(referencias mientras realiza el gráfico alejada del micrófono)

... esta es la fórmula como sabéis del Otro femenino... esta fórmula para mí tiene sus secretos y sus problemas.

El estrago hombre-mujer lo aborda en el Seminario El Sinthome, lección del 10-2-76, como no voy a hablar aquí, que tengáis por lo menos la referencia, está en Ornicar Nº 8, en francés. Dice:

El síntoma es el sexo al que no pertenezco, es decir, una mujer. Una mujer es para todo hombre un síntoma. En lo que respecta al hombre para una mujer hay que encontrar otro nombre ya que el síntoma se caracteriza por la no-equivalencia. ¿Cuál es ese otro nombre? Si una mujer es para un hombre un síntoma un hombre no es para una mujer un síntoma, para una mujer, no digo para una histérica en que el hombre sí que hace síntoma al igual que el padre. El hombre es para una mujer todo lo que os guste, un síntoma, peor que un síntoma... no es un síntoma es peor que un síntoma, una aflicción incluso un estrago.

Y aquí es donde vuelve a aparecer, el hombre es un estrago para una mujer. Bien, entonces, tratemos de entender un poco esta llamada de la niña a la madre, de la que parece esperar más subsistencia que de su padre. Este es un interrogante... qué alcance da a la palabra subsistencia, como esta tarde bueno, no tenía diccionario... bueno, voy a tratar de pensar un poco sin el apoyo de la lengua.

Si decimos que el estrago está............(¿) en la posición femenina lo que no hace síntoma, lo que escapa a la lógica fálica, es en esta vertiente: una parte otra, de su otredad, de su relación con ese Otro que no puede sino permanecer otro. El punto donde interroga su femineidad una mujer en ella y ese otro con el que tiene relación.

Pues bien, me parece que mi error, lo que lo dije al principio que quería rectificar lo que trabajé para Medellín, es que me parecía que esa interrogación era una interrogación de la niña al secreto del goce de la madre como mujer. Subsistencia no tiene que ver con el goce. En la clínica qué nos enseñan las niñas y las adolescentes: nada más espantoso, no quieren saber nada de cómo goza su madre como mujer. Al revés, hay estrago cuando esa presencia obscena, salvaje, irrumpe y cae encima de la niña que no quiere ser testigo de ese goce. Las niñas no interrogan cómo goza su mamá como mujer, no es la pregunta... todas las preguntas sobre el goce las vamos a ver ligadas al fantasma, el fantasma son los mitos, las historietas que se inventan los niños para dar una razón a cómo goza el otro, papá, mamá, toda la trama fantasmática que inventan los niños.

Pero cuando se trata del goce de esa mujer que es la madre la madre no quiere saber nada, no es que quiera, que tenga una curiosidad de interrogar el goce. Pienso, que la interrogación de la niña es (en) el punto de quiebre de su subsistencia, que como sujeto no puede subsistir en el orden de lo simbólico donde no hay más que una ausencia en lo simbólico para responder de su existencia femenina. Entonces creo que esperar subsistencia como mujer de la madre, pero no interpelada como madre sino mujer, tiene que ver con que este A/ tachado es el punto donde se sitúa la inescencia y la inexistencia femenina de que no hay L/a Mujer. De que no hay ningún significante en el inconciente que haga pareja con el Falo para dar razón de qué es La Mujer. No hay L/a tachado. Esto no es la visión subjetiva, es un punto de tachadura radical donde (en)el Otro de lo Simbólico no hay esencia ni existencia femenina.

Es a esto que lo que se refiere Lacan en Aún cuando dice: no hay Mujer sino (subsumida?) en la naturaleza de las cosas es decir en la naturaleza de las palabras. De eso se lamentan (no se para qué?)... en el inconciente no le hacen la partida fácil porque su esencia femenina está excluida del Ics. Luego cuando dice no tenemos sino testimonios esporádicos es que lo que las analizantes despliegan en los análisis, en la elaboración del Ics. nunca lo hacen emerger ese punto.

Sin embargo a través de la clínica del estrago sí vamos a tener una emergencia de este punto que no aparece en la elaboración del inconciente. El inconciente no sabe nada de la mujer, pero en lo real de la clínica del estrago sí hay una emergencia que va a permitir después alguna salida.

Esa llamada, esa expectativa, que además no es en palabras, no es una enunciación como son las novelas que hacen los niños respecto del goce fálico. Esta llamada parte de este tiempo (¿o ejemplo?) de inescencia femenina y por lo tanto es esperar, interrogar a la madre como mujer que también como mujer tiene relación con S(A/tachado), cómo es ser mujer, qué es ser mujer...

Me parece como rectificación, con este ejemplo nomás de mi trabajo en Medellín es que pienso que el punto del estrago es emerge porque lo que hay en la niña es una espera de respuesta sobre el ser, no sobre el goce, sobre la existencia como mujer, cómo ser mujer, qué es ser mujer, cómo existir como mujer en momentos en que la niña se siente extraña, ajena, excéntrica al orden de lo simbólico, en los momentos se experimenta algo de su otredad intangible porque no puede pasar al significante. Y ahí hay esa llamada que no es una pregunta, no es una demanda a la madre, no hay que confundir las demandas de las niñas a las madres que las hay, con esa llamada radical que parte de este L/a tachado.

Yo colocaría, pero también lo propongo para discutir aunque me hago una rectificación a mi misma; la espera de subsistencia del lado del L/a tachado, de la inescencia, la inexistencia, y precisamente el estrago es que lo que la niña espera, no llega. Pero no solo eso, no solo que no llega lo que espera, porque esa mujer que anida en la madre nada puede decir sobre su ser mujer.

Ahora bien, antes quiero... pondría esa espera de subsistencia en este flecha (1ª gráfico) una llamada hacia el secreto de la femineidad interrogado en la madre... aquí tengo un dudas, no lo tengo resuelto y lo dejaría planteado, porque en el Seminario tampoco está muy claro, Lacan habla de (esencia e inexistencia?), yo la verdad lo dejo como un problema y si alguien tiene...(falta un pequeño párrafo en que habla muy rápido y parada ante la pizarra y lejos del micrófono). Sin embargo aquí, que nada exista, en ese punto radical de la otredad no quiere decir que no exista un goce, pero el goce aparece aquí, en esa relación directa con S(A/ tachado)......... la niña espera una respuesta de cómo existir como mujer pero sin embargo no le llega esa respuesta. Nada en la madre le dice qué es ser mujer, cómo ser mujer.

Ahora, qué es lo que viene a (suplir?), porque está la otra vertiente, la vertiente de la función fálica vía el Edipo. Por eso, en La Significación del Falo, Lacan todavía no ha abordado esta vertiente que estudia (¿) lo fálico en la posición femenina, resuelve como rasgos de la función fálica, la niña, la mujercita en ciernes se dota de una apariencia de ser, de un parecer que enmascara la falta en tener y la falta en ser y por eso va a arrojar todos sus atributos en la mascarada. La mascarada femenina que es la mascarada fálica es lo que brinda lo simbólico y lo imaginario en el terreno de los semblantes para tapar este punto de inexistencia

___ Mascarada Ser mujer
L/a
(insignificancia)

Se dice que una niña es femenina, cuando es coqueta, etc., etc., juega el juego de la diferencia sexual alojándose en lo que Lacan va a llamar la comedia de los sexos, son el juego de los semblantes que permite a la diferencia de los sexos funcionar en el marco de lo simbólico y de lo imaginario.

Es decir, ser mujer, cito de la Significación del Falo, por una vía que es la de ser el significante del objeto del deseo del otro. Y que estructuralmente esta solución fálica, que es la más sana para las niñas, ya vamos a ver casos del estrago en la clínica cuando eso no opera o está muy obturado por la posición de la madre, ser mujer por la vía de ser el falo del hombre, no de la madre. Ser... vamos, parecer el falo, por eso es mascarada, mostrarse como señuelo para atraer el deseo masculino. En definitiva por ser objeto del deseo del Otro. De ahí que la histeria, diríamos, es la salida más s a n a en las neurosis femeninas dentro de las neurosis. Las niñas están empujadas estructuralmente a buscar la salida interrogando, entonces cuando no llega la respuesta y de hecho ni siquiera lo que puede suplir, tapar el estrago porque no llega la respuesta de esa mujer que habita en la madre, es que si las cosas están en su sitio, luego la función fálica, con el padre, bien el padre es el que va a significar este valor agálmico del parecer (o padecer?) de la niña, del ser de la niña, como objeto deseado, como objeto que tiene un valor, que tiene un valor fálico.

... a extenderme más pero que hay que situarlo porque sino el estrago en la clínica, vamos a ver solo estrago o todo estrago y cuando he dicho que no es síntoma no me refiero... hay casos clínicos donde hay histeria y síntoma y hay otros donde hay estrago. No. En los casos de histeria van a aparecer puntos de estrago, el tema es que hay que poder deslindar para orientarnos en los análisis. Es decir, la salida histérica que es la más frecuente en las niñas, funciona, mal que bien, son una función fálica que transmite el padre pero eso no anula el desdoblamiento y la otra vertiente.

Pero ese parecer de mascarada que sitúa a la niña en el juego fálico de la diferencia de los sexos, no responde a la pregunta radical de qué es ser mujer y qué mujer ser. No es que la niña como sujeto se haga la pregunta, no es una pregunta del sujeto, sino que en los acontecimientos de la vida sexual que emergen, todo lo que la embarga en sus primeras experiencias de goce en el cuerpo y en todo lo que se juega en el encuentro con el otro sexo, de ahí que la dimensión del estrago aparece en los momentos claves de la pubertad, es en el punto, en el umbral de la pubertad donde emergen, porque ahí está en juego el alojarse o no como mujer. Precisamente aparece la ausencia radical de respuesta..... en lo simbólico.

Entonces esa llamada a la madre como mujer, mujer que se busca en la niña y mujer que se busca en la madre, se busca ella como mujer, a través de experiencias en las que experimenta esa otredad en ella, ese extrañamiento, ese anonadamiento, esa ausencia de referencias, incluso a veces ese lamento de insignificancia no es del lado de la reivindicación fálica. La insignificancia, sentirse nada, tiene que ver con que el ser de la significancia femenina, de él no responde ninguna significancia.

La interrogación a la madre es estructural porque la niña no puede permanecer en ese anonadamiento subjetivo, en la pura tachadura, tiene que encontrar alguna salida, algunas soluciones, en la pura tachadura de la existencia como mujer y simplemente esperando de la mujer que habita en la madre una respuesta que le diga cómo ser y existir como mujer.

Creo que tenemos que no confundir subsistencia y consistencia. Lacan no habla de consistencia. Lo que va para el lado de la consistencia sí tiene que ver por el lado de lo imaginario del fantasma.

Bien, yo entiendo que el estrago es estructural pues no hay respuesta, al igual que no hay palabras para que la niña pueda dirigir una invocación a la madre. Es una invocación latente, entre líneas, desde un punto de real: L/a tachado, experimentado por la niña en su otredad femenina, sin alojamiento en el otro, excluida de la naturaleza de las palabras y es una llamada dirigida a un punto de real.

Acá tenemos una fórmula, L/a tachado y S(A/ tachado) también tiene un punto de real. Precisamente el único punto de amarre simbólico está aquí, del lado del , por suerte, cuando no está precisamente, las cosas son mucho más graves.

La clínica me ha llevado a no situar el estrago como una interrogación de la niña al cómo goza mi mamá en tanto que mujer. Si no sobre cuál es la clave de la existencia femenina. Lo que ocurre es que sin querer saber nada de ese goce que excede al goce fálico en esa mujer que es también su madre, se lo encuentra. Se encuentra con la irrupción súbita, en la dimensión temporal del instante- en la definición del estrago en los diccionarios, el estrago tiene que ver con algo que irrumpe violentamente y surge y precisamente hace fractura en la cadena simbólica. Una súbita presencia opaca de algo muy presente que está allí como una dimensión de goce pero que es innombrable. Y es según la versión que se encuentre, lo que la madre haga con su goce femenino es lo que le va a caer a la niña, se va a topar con una respuesta que no esperaba y que no buscaba. Es precisamente con lo real del goce que existe aquí (señala en el gráfico 1), ahí donde no existe en lo simbólico, una respuesta sobre el ser femenino. Se entiende, no? El goce no se lo busca, no se lo interroga pero es lo que va a aparecer, y eso es lo que puede ser devastador y estragar a la niña.

Ahora, aquí tenemos que decir una cosa, tampoco es tan simple aislar en la clínica ese punto... he indagado en un pequeño extracto (¿) clínico de una paciente que daré al final. Pero no pensemos que en la clínica pistas, algunas pistas que tienen estos momentos donde aparece fijada la respuesta del estrago que hace tan dolorosa en la relación de la niña con su madre. Por eso queda más allá de la reivindicación fálica, de la queja por no ser amada, de la demanda de amor, todo lo que hay de dolor (¿) en la niñez.

Porque el estrago en la clínica aparece en otra vertiente, una vertiente que me parece que es distinta. Aquí llama Lacan el estrago estructural en la niña en su relación con la madre en esta referencia, no es lo mismo que otras emergencias del estrago en la clínica que no hacen síntoma tampoco pero que no tienen que ver con lo específico de la posición femenina. Y de hecho, hay estrago en la clínica también en los varones, en los niños y en los adultos. El estrago es toda experiencia devastadora para el sujeto, dañina, en la que está literalmente a merced del otro.

Ahora, aquí hay que entrar aunque no es nuestro trabajo de hoy, cuando digo (¿) el estrago no tiene que ver con el síntoma, pero del lado del momento en que diríamos el niño, o el neurótico adulto, porque como dijo Freud la neurosis adulta es la neurosis infantil, - es la misma cosa, el neurótico adulto no es un adulto sino que está atrapado en lo que fue la “solución” de la neurosis infantil -, el punto de estrago no es igual el estrago femenino experimentado y...... para existir como mujer que el estar sometido y librado a merced sin ningún recurso frente a la voluntad del Otro, que tiene que ver con la posición en el fantasma. Eso es otra cosa diferente. Es otro estrago también y es síntoma. Los puntos donde emerge la fijación fantasmática a quedar reducido a ser un objeto, puro objeto a merced del Otro. Esa es la versión del estrago ligado al fantasma y me parece que hay que distinguir de esta otra vertiente que plantea Lacan y que me parece que no está hablando para nada del fantasma neurótico y que encontramos tanto en histéricas como en obsesivos, en varones como en mujeres. La versión de estrago en las ataduras del niño obsesivo a su madre son masivas, precisamente no todas pueden salvarse con síntomas.



Entonces nos importa distinguir lo que sería el estrago en la relación con la madre como mujer y el estrago en la relación con la madre como madre, en donde precisamente opera para el niño como toda madre, no como mujer. Es decir, no es lo mismo la madre en relación a la cual el niño se sitúa como objeto de su fantasma, que la madre que no es situada como madre.................del niño, sino mujer en relación con los hombres, qué hace con los hombres.

Por eso quiero distinguir el estrago inherente al goce pulsional, autoerótico, ligado al fantasma neurótico del niño ahí llega a aparecer el peso masivo que ha tenido la demanda materna que ha marcado al niño. Lo planteo aquí para distinguirlo del otro estrago del que estuve hablando hasta ahora. El estrago inherente al goce pulsional ligado al fantasma hay que escribirlo con la fórmula del fantasma neurótico (¿entendemos?) cómo en la niña histérica el fantasma predominante en la relación con la madre es oral, en el niño obsesivo es anal, en definitiva, los objetos recortados por la demanda, en la relación con la demanda

S/tachado



L/a tachado
a
A


S(A)



Estos matemas me sirven a mí, aunque sean así un poco patos, para no confundir estructuralmente las dos dimensiones en la clínica del estrago.
Y para que tampoco pensemos que cada vez que hay estrago se trata del estrago estructural de la niña con la madre. Puedo decir algo del primero aunque hoy no me voy a extender, pienso que es aquí donde un callejón sin salida que está abierto con Freud, porque qué le ocurre a Freud cuando dice sí, bien, está el Edipo, puerto de salvación (¿) para la niña pero, pero, hay algo de la.........., de la queja, de la reivindicación, del reproche que dirige la niña a la madre, hay algo que habría que interrogarlo en la relación arcaica, pre edípica, pregenital, de la niña con la madre. Pero el callejón sin salida de Freud, no de él porque él dice no, por ahí no hay respuesta por eso el enigma de la femineidad permanece intacto, pues interroguemos a los poetas. Cuando Freud busca la clave de la femineidad y dice la clave de la femineidad no está del lado del padre, no basta, el padre sirve hasta cierto punto para la salida fálica, vamos a interrogar la relación primitiva con la madre. Con qué se encuentra? Se encuentra con estragos, pero de otro calibre. Porque en ese punto lo que va a aparecer es la respuesta que ha encontrado el niño, el fantasma con el que ha podido darse un lugar en relación con la madre y que va a fijar para el niño un modo del goce pulsional. De ahí que interrogando la relación arcaica pre edípica, pregenital, es lo que ha descubierto con las perversiones polimorfas. La perversión polimorfa son los modos en que el niño se satisface, goza a través de las marcas que han dejado los cuidados de su madre sobre el cuerpo. Las marcas, las demandas de la madre, además de transmitir significaciones (¿hacen?) discurso, dejan las marcas de la pulsión en el cuerpo del niño. Lo que Freud descubre como perversión polimorfa previa a la. edípica............... es precisamente el goce pulsional oral o anal es el índice de la fijación infantil que ata al niño no con la madre sino con las marcas de la madre en su cuerpo, me parece que es algo distinto.

Entonces sí, se trata de la relación con la demanda pero en esta fórmula la demanda, cuando la demanda desaparece lo que queda son las marcas (¿qué hacen?) desvanescerse al sujeto de la pulsión. En definitiva, que tanto el niño como la niña neuróticos, para darse un lugar en el deseo de la madre, para intentar ofrecerse a la madre como falo que colme a la madre, la vía del niño neurótico es interpretar qué son como objetos pero rebajando el Deseo del Otro a la demanda. Por qué, porque precisamente la neurosis se caracteriza por no querer saber nada de la castración de la madre. El niño neurótico no quiere saber de la falta del otro por lo tanto el fantasma del neurótico sirve para fabricar figuras de la madre toda, de la madre no castrada, de la que no se quiere saber de su privación femenina. Eso es lo que tiene de espantoso, de peso; la madre toda al niño obsesivo le pesa mucho. La madre toda, la madre feroz, la madre consistente, la madre que lo sabe todo, que lo puede todo en definitiva, pero la madre en la que se inscribe la exigencia, la exigencia pulsional.

Creo que aquí no se trata de la diferencia sexual y no hay diferencia entre la posición de la niña y el niño, lo que hay son las particularidades fantasmáticas según las marcas de la historia de cada cual. Del lado de lo que el niño es en el deseo de la madre ahí es donde él va a forjar su fantasma, su mito individual, el lugar que se da como objeto, lo que se imagina ser, en lo imaginario, para colmar a la madre como falo pero también como objeto de goce libidinoso, pulsional, de esa madre. Y ahí aparece la figura terrible de la madre en el fantasma, pero precisamente como la figura terrible del Otro no tachado, no castrado. Es una figura precisamente fabricada por el fantasma del niño, no hay salida a la neurosis en análisis si esa figura consistente del otro no cae.

Esa figura de la madre que fabrica el fantasma del niño neurótico tapa, esconde, por lo tanto, a esa mujer singular que habita en la madre, porque como mujer singular solo puede estar situada desde el punto de vista de su falta. Y por eso en el lazo de la madre como madre de la niña no está la clave de la posición femenina como la buscaba.... sino al revés, ahí está el obstáculo a la posición femenina. En las. neuróticas van a ser obstáculo para pasar a la ...... (vuelta de cassette). Es decir que el Sujeto (¿guarda?) al objeto............. al objeto y su fantasma y le permite no saber nada,........... la pantalla por la que no ve nada porque no lo quiere ver, de ese encuentro con la falta del Otro


S a A / tachado Dos círculo que se intersectan,
en el 1º S , en el espacio de
intersección a y en el 2º
A/ tachado.

Ahora bien, ninguna madre, por mucho que el niño la fabrique en su fantasma como toda-madre, e incluso en mujeres que intentan colocarse como toda-madre, nunca logrará que el niño como objeto a pueda cerrar la cuestión de su sexualidad femenina. Y hay una satisfacción que el cuerpo del niño no puede procurarle, incluso cuando vemos estragos tremendos de psicóticos con sus madres, pero hay algo, lo digo porque me parece, yo lo veo, he leído cosas que a veces me dejan perpleja, que hablan del goce otro para hablar del goce oral, del goce autoerótico, del goce en la toxicomanía, del goce de la droga, que procuran las drogas o todo lo que tiene que ver con modos de goce fálico que tienen que ver con lo ............... Es decir que ahí donde tenemos un goce, lo que en el goce del objeto a no se civiliza, no se domestica por nada en la función fálica, se equipara al goce otro . No es lo mismo, lo quiero decir, el goce del otro que el fantasma inventa que el goce otro femenino que Lacan llama otro goce, goce otro, no goce del otro. El goce del otro lo sostiene solo como consistencia, el fantasma neurótico.

Creo que además en la clínica nos perdemos completamente si tratamos todos estos problemas de los goces que saltan, y más en nuestra civilización cuando está (desarmados?) el goce fálico. El goce otro no tiene nada que ver con la pulsión como estuvimos hablando. Lo digo muy rápido en todo caso después lo discutimos.

Niños y niñas son objetos de la madre, sí, y de hecho gracias a la neurosis - porque el niño psicótico no se puede inventar un fantasma para dejar de ser en lo real objeto del fantasma de la madre, objeto a en lo real - por ese lugar que se dan en el fantasma de objeto a tapan el lugar en el que reciben la relación de esa mujer que habita en su madre, con su goce femenino. Pero incluso aunque la maternidad permita a una mujer taponar, como dice Lacan, clausurar el punto de interrogación como no-toda, el niño tiene la función de tapón para la madre misma, las madres hechan mano de tener hijos para taparse un poco para no saber nada o salirse de la angustia o del estrago que es para ella la interrogación de su propia posición femenina; pero de ninguna manera el objeto a, acá (¿detrás?) del goce femenino no hay objeto a, entonces el objeto a lo ha (colocado?) ........ del fantasma.

Y por eso Lacan en el Seminario Aún dice el psicoanálisis tiene que operar la disyunción entre S(A/tachado) y el objeto a, sino no se vería bien en que hay una solución del fin de análisis. Bien, entonces, ningún niño puede colmar a la madre procurándole su goce femenino de mujer, procurar puede clases de goces placenteros y siniestros, pero para nada pueden cerrar, por qué, porque S(A/tachado), imposible de, es decir que aunque la madre sean de esas madres-todas, feroces, que realmente quiere excluir en ella toda emergencia de femineidad, es imposible eliminar este punto en la mujer.

Luego, ninguna histeria por muy histeria que sea, cierra la cuestión, siempre en los análisis hay que situar de qué manera el sujeto no quiere saber nada y trata de escapar, de esconder su relación con la cuestión femenina, con la cuestión de su sexualidad femenina.

No voy a hablar hoy aquí, como he dicho de esta vertiente porque plantearlo así me permite cuando voy a hablar en el Seminario, de anorexia, de bulimia, de la histeria, precisamente quiero hablar de las patologías que no son síntomas, que tienen que ver con una relación con la madre, con estragos. Lo que no tiene que ver, me parece, con la cuestión del estrago femenino.

Ahora, en la clínica psicoanalítica, no seamos (reductores?)................. yo puedo distinguir las fórmulas con la ayuda de Lacan pero eso no quiere decir que en los análisis de las mujeres vamos a tener ah!, este es el estrago en este punto y esto es el otro estrago, no, porque justamente en toda la organización subjetiva femenina este desdoblamiento es un desdoblamiento interno, además no es un desdoblamiento (como dicen?) las histéricas: yo soy una parte esto y otra parte otra. Es un desdoblamiento que es inasible subjetivamente para la mujer misma, luego vamos a encontrar coexistiendo los dos estragos. Y además los dos estragos se.............. por qué? Porque muchas de las marcas que encuentran la niña para forjar su fantasma y darse un lugar para la madre y darse un ser en relación con la madre, muchas de esas marcas están tomadas también de lo que precisamente la madre hace como mujer. Lo que yo tenga para decir, no es porque en la clínica psicoanalítica podamos decir............, serán los analizantes que a partir de cierto punto del análisis, cuando han franqueado, han dejado atrás su neurosis que pueden hacer esa construcción, ese deslindar las cosas. Pero en el proceso mismo de la cura y lo que son los avatares del sufrimiento, decir en una experiencia dolorosa, devastadora, es porque si es la madre como madre o la madre como mujer... esto lo quiero aclarar porque no pensemos que podemos hacer para quienes......... aunque estructuralmente las tenemos que hacer. De la misma manera que en la clínica podemos ver síntoma y
fantasma, los teorizamos, los articulamos en sus diferencias pero aparecen siempre en todo el nudo jugándose en la clínica.

Bueno, no quiero extenderme mucho con esta primera vertiente.
Sí, centrados en el estrago lo que nos interesa para el tema de hoy que es el estrago madre-niña no en la vertiente ligada al fantasma sino en la estructural, la que está en la fórmula de abajo
(L/a S(A/tachado)

Se encuentra con algo que no esperaba la niña, que emerge - aunque la madre ni siquiera sabe porque no es algo subjetivo en la madre, las emergencias esporádicas de lo que una mujer ha hecho con su femineidad están ahí sin que ella lo sepa -. De ahí que cuando la niña intenta poner algo en palabras, hay algo que es completamente opaco para la madre también. Con qué se encuentra? Precisamente en su interpelación toca un punto que conmueve a la madre, que enloquece a la madre, que a la madre la vuelve loca. La vuelve loca estructuralmente, no la vuelve loca la niña como niña en su relación con las demandas, porque las madres como madres se vuelven locas porque los niños siempre se encargan de insatisfacer las demandas maternas y más (¿qué cuando las niñas?) son histéricas, en los niños obsesivos todas las estrategias del no que permiten a los niños separarse de las madres por suerte y eso a la madre la irrita, no lo soporta, no soporta qué? Que al niño, no puede echar mano de él como objeto en su fantasma y que mismo un niño, a no ser que se haga psicótico, pueda saturar su falta. Es la madre histérica, sujeto amo, que pretende que los niños sean objeto a la medida de sus anhelos, el niño se va a encargar de demostrarle que no, que como objeto se está..... de la voluntad materna. Precisamente los puntos en que no se escapa son los puntos son los tipos de estragos, de las fijaciones de sumisión del niño a la demanda materna, a la voluntad materna o en el caso de la niña aparece muy claramente, y eso sí que se (ve?) en la relación pre edípica de la niña con la madre, el peso del Super Yo materno y cuánto más devastador es el Super Yo cuando no es heredero del Edipo, es decir, no es la marca del Super Yo que hereda los Ideales del padre, del deseo de su padre, sino que tiene que ver con las marcas de la existencia de la madre que pesan sobre la niña. La ferocidad del Super Yo materno, que además hace aparecer a la madre como otro consistente

Está esta vertiente, ahora en la vertiente como digo, qué se conmueve en la madre? No como madre, no en sus demandas, no en su deseo, no en su fantasma, precisamente en algo de que lo que ella no puede dar cuenta. Precisamente las madres cuando hablan solo........ hacen síntoma en los niños en sus análisis empiezan a decir, hablan de lo que pueden dar cuenta subjetivamente, de lo que está inscripto en su Ics. , Pero no sitúan lo que las conmueve, que aparecerá a veces en emergencias esporádicas, de cosas que sus hijas tocan en ellas y no saben bien lo que es, lo que las enloquece. Entonces las formas clínicas del estrago depende de con qué se encuentre la niña, qué versión, qué ha hecho esa mujer con su privación, cómo ha encontrado una vía para ...... deseo de mujer, cómo se las ha arreglado con los hombres, qué ha hecho con su goce sexual, cómo se las arregla con su desdoblamiento. No es solamente qué ha hecho con la castración en sentido fálico , de eso cada fantasma dará su versión respecto al padre o al deseo de la madre. Algo de lo no inscripto y sin embargo ha tenido una emergencia entre líneas en la vida de esa mujer que es la madre, porque no puede hacer nunca mensaje, por eso no da respuesta.

Esta mujer que habita en la madre, tocada, conmovida en lo que para ella misma ha sido estrago y enloquecida, pero no enloquecida en el sentido de la locura histérica, en un punto en que se tambalea o bien a veces lo que más aparece en la clínica es, o el muro absoluto de silencio, precisamente el silencio de hierro que no se puede romper, puntos de silencio que son desvastadores en la relación madre hija, es un no aquí eso no se puede tocar; angustia, angustia en la madre incomprensible para la niña, o respuestas de la madre ante la angustia de la niña, de no tolerar. Me acuerdo un caso de cómo aparecía esto, una niña que tenía, en la pubertad, la madre la encuentra un día llorando porque tenía su primera decepción amorosa, el noviecito (¿se había ido?) y ella no dice nada a la madre, simplemente la madre se la encuentra llorando en el cuarto de baño, una escena bastante clásica de las niñas, encerrarse para llorar en la intimidad, en ese punto íntimo de lo que no se puede compartir con mamá ni con papá, las primeras decepciones amorosas, esos dolores en relación con los chicos. La madre abre la puerta y se la encuentra llorando, la niña levanta la mirada......, la madre no pregunta de qué se trata pero en la forma que llora la niña algo toca en ella porque le dice: no te da vergüenza llorar por un chico, por los chicos no hay que llorar, y cierra la puerta dando un portazo, la niña se traga sus lágrimas, cómplice de lo que no se puede tocar en la madre, a partir de allí no llora. En el análisis en un momento dado empieza a hacer una serie de hemorragias, hemorragias, hemorragias raras que el ginecólogo no se explica por causas orgánicas y hay un momento en que por un encuentro amoroso ella se sorprende sollozando de una forma masiva después de la relación sexual y no sabe bien la razón de su sollozo, pero curiosamente desaparecen las hemorragias. Entonces para concluir, esas hemorragias que además no hacían síntoma porque eran muy opacas, eran (casi?) un testimonio en el cuerpo, bueno, hay toda una serie de ideas significantes que conectan algo con el padre. Pero cuando lo descifra no por eso se resuelven las hemorragias.............. eran metrorragias porque tocan algo de lo femenino y solamente cuando puede empezar a hablar acerca de qué es ese llanto, dice: ahora que puedo llorar esa sangre desapareció. Puede empezar a reconstruir algo de la posición de la madre que hasta entonces no había querido ver.

Es decir, qué puede explicar esa reacción violenta, salvaje de esa madre que sin preguntar nada sabe de qué se trata, pero sabe cómo, sabe qué? Simplemente de unas lágrimas que quizá no se ha permitido ella tampoco en su vida. En ese punto puede empezar a reconstruir el punto de odio de ella en sus relaciones de adolescente amorosas suscitaba en la madre porque a la madre le evocaba lo que ella en su vida amorosa juvenil no solamente había sido traumático sino que además estaba tapado para ella. No había querido saber absolutamente nada.

Lo que empieza a emerger en la vida amorosa de la niña la convoca en el punto donde ella tiene que resolver su posición femenina y como lo tiene clausurado ahí viene ese portazo, una puerta cerrada definitiva por parte de la madre.

Es una pequeña viñeta clínica para decir que hay emergencias que no pasan por una interpelación que la niña dice mamá qué hay qué hacer cuando un chico te abandona. Si la hace es en otra dimensión que la demanda.

Bien, el muro de silencio, la angustia, las madres que no toleran la angustia o el dolor de las niñas como mujercita, las angustias incomprensibles de las que no hay huellas, la niña no puede elaborar de qué se trata. Esa angustia que aparece en esa mujer que tiene que ver con su vida de mujer, depresiones rarísimas, ilegibles, indescifrables para la niña y en definitiva todas las emergencias que testimonian de esa vertiente otra que hay en la madre, pero de las que la madre tampoco puede dar cuenta. Pero todo lo que sea además, los momentos, los que precisamente la vida sexual y amorosa en la madre no está bien alojada en la (propia?) infancia, hacen aparecer esto.

Muchas formas clínicas diferentes que no se elaboran en el Ics. pero que apres coup, a través de planteamientos en análisis las analizantes pueden reconstruir, cernir, no dar cuenta, pero al menos hacer alguna .....

Bueno, siendo las 10 menos 10, quería dar un ejemplo clínico, esta es una viñeta muy simple que me parece que dice un poco más las consecuencias devastadoras de la relación madre hija, en este caso no porque toda la dimensión fálica está bastante bien alojada para el sujeto.
Se trata de una analizante que después de larguísimos años de análisis y de muchos análisis con varios analistas, hay algo tan sorprendente para ella como para mí cuando llega a verme, sorprendente, indescifrable, que es (el desastre?) la dimensión de estrago es masiva. Es una mujer, aquí de este caso puedo hablar, en España no, la podría llegar a......., tiene una cierta edad, no ha tenido hijos, todas sus experiencias con hombres han sido realmente del lado del estrago, devastadoras, la relación con su madre es masivamente de estrago para una mujer tan grande, ella misma no entiende bien por qué a pesar de llevar años de análisis. Desde el punto de vista de su relación profesional todas son pérdidas, lo único que dice que en su análisis sí le ha servido es lo que ha podido elaborar respecto a la elección que hizo su madre de un padre desvalorizado.

Hasta aquí tenemos una cosa clásica de la histeria, la madre histérica que invalida al padre, el padre incapaz, el padre sin valía y cómo ella ......... (ficcional?) el tipo de patología, decía por ejemplo.... era como una ruina, el hombre desecho, hombres incapaces, hombres fracasados, hombres a los que había que mantener económicamente, ella tenía la función de sostener el padre. En definitiva esos hombres desfallecientes, con lo cual eran una relación siempre sacrificial que terminaba, no recibía nunca nada de esos hombres, era más bien ella que tenía que estar de (escudo?), lo que me transmitió lo que había trabajado en sus análisis anteriores. Sí, no es que... no creo que estuvieran en discusión sus analistas anteriores.................. de eso no quiero hablar..........

Ahí hubo algo de lo que a ella le costó mucho hablar, en el sentido que había consentido, en el análisis siguiente y en la medida en que le había producido suma vergüenza, era lo más humillante el haber consentido esto para ella misma, hacía muy difícil llevar las cosas más allá.

Pero cuando me viene a ver incluso eso, bueno, había podido elaborarlo, todo lo que tenía que ver con su posición de sostener el padre, los hombres desecho por así decir, desfallecientes, pero su situación seguía siendo la misma. Curación no había habido ninguna. Sus análisis habían producido algo peor, al cuestionar diríamos, al fijarse todos los envoltorios fálicos de su fantasma, el cargar las tintas de parte de su falta en ser y desvalorización fálica, no limitarse solo a cómo había estado ella al servicio de desvalorizar fálicamente........ a los hombres desechos, todo el despojo de investiduras fálicas de su fantasma no había tenido ningún efecto terapéutico. Al contrario.................... de depresión condenatoria, me pregunté si era una psicosis o qué pasaba.

Pero al mismo tiempo había algo del lazo con la madre que era muy difícil, le resultaba muy difícil hablar y que estaba...........

Cuál fue la vía por la cuál se hizo la luz? ......................................... cuál fue la ................ historia de esta situación? Entonces recuerda algo que ya había trabajado en análisis anteriores que es que cuando era niña tenía una fobia a las agujas de coser, eso lo trae de nuevo al análisis, la fobia a las agujas de coser, pero piensa que esa fobia se le curó en su primer análisis. Ahora, por qué vuelve si se le curó la fobia? Por lo siguiente: porque en un momento dado evoca (a alguien?) no recuerdo bien cómo fue, precisamente en una interrogación muy dolorosa donde muy dolorosamente había (recurrido?) en una interpelación muda hacia la analista mujer con que le diera la clave de por qué su vida era tal estrago. No sé cómo surgió de mi parte una interrogación hacía quizás la madre había ocultado de su vida anterior, antes, porque había formulado una sospecha de que había una pantalla puesta, muy fuerte de que el verdadero amor de la madre como mujer no era el padre. Había suficientes pistas como para deducirlo aunque ella no hubiera dicho nada. La interrogué desde ahí y se acordó de la fobia a las agujas. La fobia a las agujas tenía que ver con que la madre no esperaba para su hija que fuera algo distinto que ella misma y en vez de permitir que hiciera estudios a los doce años dijo las niñas- eran de un medio rural pobre de España- las niñas no vamos a la escuela después de los 14 años. Su destino era quedarse cosiendo junto a la madre que ganaba un dinero extra.......... cosiendo, bordando, haciendo todos esos trabajos que en el mundo moderno no existen pero que muchas mujeres en España, su trabajo en casa eran coser, bordar, remendar, para las mujeres ricas, sobre todo en el medio rural. Entonces el destino era costurerita como su madre, sin ir a la escuela, sin acceder a saber. Pero ella que estaba bien alojada del lado del deseo del padre, podía......... que el padre tenía un deseo para su hija, y el padre apoyó que ella pudiera estudiar aunque no tenía dinero para ahorrarle que tuviera que....., no para pagarle los estudios porque la escuela era más bien gratuita, sino que no podía suprimirse de la casa el dinero que ella ganaba cosiendo ayudando a la madre.

Entonces ella a los 15 años, aunque iba muy atrasada en los estudios, se matricula y en nocturno empieza a estudiar una carrera universitaria. Trabajaba de día con la madre, un deseo fuerte, de ahí que una mujer con ese deseo, qué ha pasado con...... Entonces recuerda la fobia a las agujas que surgió como síntoma fóbico que le permitió separarse de la madre. Porque como tenía tal horror a clavarse agujas la madre consintió en que dejara de coser y ahí fue donde el padre la apoyó, no hagas sufrir a la chiquilla que tiene miedo de clavarse agujas, déjala que traiga dinero de otra forma – porque era la madre la que mandaba no era el padre- déjala que vaya a la escuela.

Pero entonces empieza a reconstruir que efectivamente ella piensa que la madre, el obstáculo para que ella tenga una vida amorosa, es la madre. Y consiste en lo siguiente, a través de una frase que recuerda como una frase aislada, ella tuvo un noviecito en la pubertad que para su sorpresa, cuando ella empezaba a ir a esta escuela nocturna, conoció a un chico que era de otro medio social más acomodado, con otra relación con el saber, etc. por su familia, pero que se enamoró de ella y ella estaba (en casa?) un día, contenta, cantando, con todo el encandilamiento de su primer amor pensando en este muchacho.

La madre le dijo: ven a bordar y ella dijo después, simplemente. Y de golpe la madre la mira y sin decir más que eso, le dice: una gitanilla (como tu?) no, con una cierta mirada de desprecio y conmiseración. Y entonces ella no (lo?) entendió, le queda solo la frase, me dice que la madre le dijo algo más pero le queda solamente la frase gitanilla como tu no. Gitanilla hay que decir que en España y especialmente en Andalucía es un término muy equívoco, puede ser un piropo, de hermosura, lo que es una gitanilla, pero quizá también en el medio social de ella puede ser un término muy peyorativo, gitanilla son las que no van a la escuela, las que no tienen futuro y las que solamente pueden vivir medio, diríamos, de las migajas de los señoritos cortijeros, como se diría antes de los estancieros aquí en la Argentina. La gitanilla entonces tiene que ver con exclusión social, con un desecho, pero gitanilla también para ella tenía que ver con algo de su físico, de niña, moreno, etc. Gitanilla como signo, porque gitanilla es también que los señoritos, los niños bien no salen con gitanillas, luego, ese muchacho que la pretendía, ella le dice no.

A partir de allí puede empezar a recontruir cosas la analizante, de que su madre había tenido un amor, precisamente, con un muchacho de las mismas características del que se había prendado de su hija y que eso removió en la madre ese momento de su historia adolescente donde frente al hecho, era una madre que tenía sueños de grandeza, todo su narcisismo fálico femenino alimentado por, como tqntas mujeres en España y supongo que en Argentina también, por novelas de Corín Tellado todo ese tipo de literatura rosa con que las mujeres fabrican sus sueños (de?) deseo y en el punto donde se jugaba que el chico conopciera su origen social y supiera quién era el padre, aunque el padre no tenía nada como para desvalorizarlo porque aunque era un hombvre pobre era un hombre pobre pero con mucha valía intelectual, etc., precisamente la marca aparece con el deseo de......., su ambición de estudiar, etc., pero que para los sueños, las fantasías de la madre, diríamos en la comparación social, del lado de su narcisismo fálico y de su penisneid, etc. no quería que el muchacho viera que ella no era suficiente para él porque el padre no cumplía todos los emblemas del éxito social, etc.

Por lo tanto la madre eligió como la hija lo ha podido ...... en su análisis, eligió su narcisismo, tapar, esconder su ser, renunciar, esconderse en casa, no querer ver más a ese chico y no querer nunca más ni hablar de....... Precisamente, el enamoramiento de su niña la confronta, esa es la característica de la misma..... además de diferencia social a ese momento del que no quiere saber nada.

Y lo (alza?) sobre su hija en el no, una gitanilla como tu, no; es el no, tu no que se fija a sí misma. Por qué? Porque el sí hubiese sido poner en juego desde su castración, desde su falta, desde su privación. Preferir la pérdida del brillo narcisista histérico.................... (aspiraciones?) del orden ideal para aceptar, recibir el amor del hombre y reconocer también algo de lo ella quisiera. Como precisamente su ambición fue acantonarse del lado del narcisismo histérico sin poner en juego la falta y elegir después un hombre que para ella no valía nada, no valía nada, no es que no valía nada, no valía nada en según su fantasma, no es que el padre de esta chica, esta chica............ pudo empezar a rescatar algo de la función fálica cuando................ síntoma materno............. del padre que no vale nada, no es que el padre no valía nada, no valía según los ideales, las pretensiones, las.............. fantasmáticas de su madre. Sí tenía su valía, entre otras cosas su posición masculina.

Luego ahí ella, a partir de la frase se da cuenta, ella ahí dice se me clavaron esas palabras; y le digo como agujas. Aaahhh... pero me curé eso. Pero que han quedado allí las marcas como agujas clavadas en la carne sin posibilidad de tener una buena relación con un muchacho.

A partir de allí vuelve a las sesiones, porque vive en otra ciudad, y vuelve con otras (características?), ella no dice nada, no es que dice mire....no hay un testimonio subjetivo pero es otra, es otra, hasta en su mirada, no es que se cambia del lado de la mascarada fálica vestida o arreglada de otra manera, que también, la mujer es una mascarada , precisamente hay muchos semblantes que se pueden tomar. Es otra. Y es algo que está presente en su misma forma de hablar y una cierta ligereza, no es en nada en concreto pero en la relación con su decir; efectivamente es otra, algo en su otredad femenina empieza a no estar ya condenado radicalmente por el significante de la madre que hace el ser de su ser femenino.

Ya veis que no es un significante que no ancla una fijación a ser el objeto de la madre. Hay muchos significante que................... han venido a marcar significación al objeto a; no, aquí es una gitanilla como tu, no, porque gitanilla es exactamente el punto donde puede estar algo de su deseo femenino en juego y el no es lo que ella pudo antes de la sesión en que la he visto volver transformado en otra por así decir, se dio cuenta que en su tierra, en su cultura, el gitanilla es equívoco. Eso que su madre usaba de manera peyorativa, de condena, de degradación pero que se le puede dar la vuelta. Que en la dimensión del estrago también en la lengua tiene esas dos vertientes.

Una gitanilla puede causar estragos pero precisamente del lado del atractivo, de lo que hay allí latente, de palpitante de un ser femenino, por supuesto que es innombrable, pero que puede tener otra salida aunque no se inscriba en lo simbólico. Ella pudo darla la vuelta, hay allí un cierto vuelco donde quita el no por así decir. Se reconcilia con gitanilla pero no tiene allí la fórmula, ....... lo bueno. Sí, no no, si.

Entonces, no era que no estuviera separada de la demanda de la madre del lado del. , de lo que no había podido separarse de ese punto en donde estaba atrapada, devastada, con una fijación, porque su separación de la demanda de la madre estaba hecha, era una analizante que sí se había movido........ del lado de la neurosis; y ahora su destino aciago estaba marcado por su radical anonadamiento frente a ese No de la madre.

Entonces me pareció que ella misma me enseñaba cómo sí se puede en análisis reconstruir algo que le permita a una mujer despegarse del efecto estrago que había podido tener su madre sobre ella, de su madre como mujer porque es en nombre de lo que ella misma obturó en ... su posición femenina.

Bueno, nos quedan...
C.K. esperamos entonces comentarios y preguntas
C.G. y debates, preguntas, objeciones. Si tenéis vosotros idea de cómo resolver la cuestión (existencia?) esencia respecto a la connotación de subsistencia, cómo podríamos tratar de pensarlo...
- (Pregunta inentendible)
C.G. Dije al inicio que para mí no está muy claro tampoco, esto quiere decir que...
C.K. cuando vos dijiste por qué la hija convoca más a la madre...
C.G. Ah, sí, sí, lo que plantee al inicio, eso lo presenté porque fue una luz que se me hizo que me hizo rectificar la forma en que yo había trabajado este párrafo cuando trabajé en mi Seminario para Medellín donde no me di cuenta, me parecía que este esperar subsistencia como mujer de la madre tenía que ver esta subsistencia con una interrogación sobre el goce femenino en la madre. Que si nos fijamos en el mismo término subsistencia no se trata de eso. Subsistir aunque yo no tenía los diccionarios pero sí subsistir tiene que ver con algo que puede ser caer literalmente. Por eso lo situaba del lado del A/tachado pero ahí es donde tengo dudas, no lo tengo claro aunque lo he leído en el Seminario Aún, si subsistencia connota más esencia o existencia.

De todas formas, desde el punto de vista clínico a mi no tenerlo resuelto no me complica demasiado por el momento. Me refería a eso. Ahora subsistencia ponía el acento en que espera en recibir subsistencia a través de cómo esa mujer que es también la madre, por eso digo que habita en la madre porque en toda madre por muy madre toda habita aunque sea en forma problemática, vetada, obturada, clausurada, etc. hay y es estructuralmente ineliminable, una mujer, que hace ver a la hija una cierta versión de la femineidad.

Con este caso clínico se ve bien: qué hizo esta mujer con su privación, clausurarla, por eso renunció a su amor de mujer e hizo una elección del lado de la histeria para que luego la insatisfacción ............... del lado del valor fálico del marido. La vertiendte histeria en la madre está más bien claro, no hace falta que me extienda ahí. Pero a pesar de ello hubo algo en ella que sí se jugó en su emerger como mujer aunque no sepamos bien qué es.

Entonces, en esta analizante, para ella lo que fue esclarecedor en su análisis no fue tanto deducir algo del goce femenino, del goce sexual de su madre, eso no le interesaba, lo que le interesaba, que fue donde me parece que se produjo un vuelco es que emergía esta frase de la madre en el punto donde se jugaba para ella su ser mujer en el amor. De ahí que también en la dimensión del amor es la vía donde va a aparecer lo único que da esencia, el amor, a la...........esencia femenina. De ahí que Lacan va a decir, también por esa aspiración a lo absoluto del amor es el modo en que una mujer suple el estrago que dice de que no hay respuesta sobre la esencia femenina. Gracias al amor la subsistencia se da, al menos durante un tiempo, mientras dura el amor.

Entonces el cierre tan radical al (pulsión?) del amor femenino y cómo ella se había quedado literalmente anonadada sin tener ni siquiera noticia subjetiva de qué le había pasado. Por eso para ella, qué le ocurría y por qué toda su vida era un fracaso respecto de su imposibilidad, pero no es que tuviera relaciones con hombres como en su primera época histérica que elegía personajes según el discurso de la madre, los inútiles y luego, no, eso se acabó. Ella ya no está en la posición sacrifical en el fantasma. Pero está sola. Desde hace años. Por eso hay algo en el análisis que para ella no va y siguió en análisis yo creo que en ella ya hace un número...realmente hace muchos años. Es una cosa terrible cuantos años de análisis a razón de ese estrago.

Hubo un acontecimiento recientemente viajando a análisis en un tren donde un hombre que le gustó, se dirigió a ella y ella se quedó anonadada, literalmente sin palabras y dice debió pensar que yo era idiota, y no es que me ................ y me inhibí sino una especie de tragada de un abismo solamente porque ese hombre. Se interesó, es otro dato que a mì me dio la pista de por dónde podían ir las cosas, se interesó de (para qué?) tenìa que ir a Madrid, se interesó por su profesión, se interesó por una serie de cosas, hablan de libros. Es decir, hubo una evocación de lo que era el compañero de estudios que se había enamorado de ella porque le dice te doy mi tarjeta quizás, yo también viajo a Madrid, por cosas que tenìan que ver con lo intelectual, podríamos vernos de vez en cuando.

Y dice cómo es posible, es un hombre que se dirigió a ella bien y que le gustó como hombre, se encontrara tan anonadada, tragada en un abismo. No puede ser, qué me pasa a mí, qué hago yo. Esto no se lo explica de ninguna manera.

El punto no era parece entre quedarse marcada por algo del goce de la madre, sino por ese no, que tenía que ver con de ninguna manera del lado del amor, claro el amor que tiene que ver con el goce femenino. Pero no por la dimensión del goce sexual como tal, sino me parece a mí con el ser femenino, el ser mujer, amar como mujer a un hombre, es lo que estaba en juego en lo que la madre clausuró y la pequeña obedeció sin saber ni siquiera como se la había marcado.

- En el caso clínico Carmen, en la dirección de la cura dónde hiciste (cauce?) de ese como ideal que no hace síntoma. Acá en el caso me parece que cuando vos ubicás.... la frase, podés ubicar alguna metaforización, algo del orden de lo...
- C.G. No, hay todo una............ pero no hace síntoma incluso, vamos a ver. Cuando eso se juega de nuevo en el encuentro del tren, no hay una inhibición, una fobia, un momento de angustia, una emergencia del fantasma de no porque esto... el fantasma (de la frustración?) histérica, de frustrarse como..., no. No hay nada de eso, hay un anonadamiento del que ella no puede dar cuenta. No es angustia, no es inhibición, no es síntoma. No hay algo del fantasma que eso ya lo tiene, ella ya no está con el temor de encontrarse con el hombre... no hay la anticipación fantasmática que suscita la emergencia de la frustración.
Es un instante además. Dice, probablemente esto me ha pasado muchas veces y no había visto que era esto lo que me pasaba. No estaba inscripto subjetivamente, eso no estaba (borrado?) en el análisis. Claro que es una histérica, claro que tiene síntomas, la fobia a las agujas es infantil, tiene otra función que le permite además separarse................ cuando es amenazada de quedarse ahí sometida como objeto de la madre........ suple al padre y le permite salir de ahí, de ser la costurerita con la madre. Ese síntoma está, síntomas histéricos (ha tenido?) la vertiente de .................. histéricas fallidas con hombres, que son los personajes desecho, etc. ............................ en relación con esa posición en el fantasma. Pero eso ya no está ahora clínicamente, lo que queda es esa soledad absoluta de esta mujer, del lado de la profesión las cosas van bien.

De la misma manera que el goce femenino, o el amor, es un acontecimiento de lo real que no hace síntoma. De ahí que aparece la ............ (consistencia?), la (consistencia?) es el modo en que lo real de la imposibilidad femenina puede venir a consentir por ...................... a poder anclarse, por defender al goce, al deseo y al amor, pero, por .............., incalculable.

Tiene que ver con todo lo que trabaja Lacan del amor femenino en Seminario Aún. Es un acontecimiento que le permite suplir precisamente ese punto.

- (intervención de una asistente, inaudible en forma coherente)
C.G. Si, sí, pero si en el análisis, en el caso, yo tenía suficientes datos como para no llevarla por el lado de que, en términos de esta niña, que se había marcado como agujas, clavados en su cuerpo y en su ser, situar solo el punto de todo lo que hay podría darse un ser de objeto degradado para la madre como madre. Porque no tenía que ver con eso. Ahora, si el analista no contribuye además a despegarle de esa identificación de gitanilla que puede (traer?) como objeto a, el hecho de decir, bueno , qué hace a esa mujer que era su madre decir esa frase, que la ha llevado a decir algo que no ha visto nunca porque estaba literalmente, yo no diría petrificada, pero sí anonadada; anonadamiento que le volvió a ocurrir cuando se encontró con el hombre del tren. Y sin poder dar cuenta porque en el fantasma, todas las emergencias de identificación objeto están en la cabeza, el fantasma está en la cabeza, el temor a ser considerada menos que nada, el deshecho

1 comentario:

  1. hola necesito citar esta conferencia, vos sabes en que contexto fue realizada?

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“El atravesamiento del fantasma a partir de la ultimísima enseñanza de Lacan”

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