domingo, 19 de febrero de 2012


Todos saben que soy alegre, y hasta travieso: me divierto. Constantemente me sucede en mis textos, que hago bromas que no son del gusto de los universitarios. Es cierto, no soy triste. O más exactamente, no tengo más que una tristeza en lo que ha sido el curso de mi vida: que haya cada vez menos personas a quienes pueda decir las razones de mi alegría, cuando las tengo.
Jacques Lacan
Discurso de Clausura de las Jornadas sobre Psicosis Infantil


domingo, 5 de febrero de 2012

LOS TIEMPOS DEL SUJETO DEL INCONCIENTE El psicoanálisis en su tiempo y el tiempo en el psicoanálisis


LOS TIEMPOS DEL SUJETO (est opus temporis)
EPFCL-ALS-Foro de La Plata
… las condiciones del comercio y del tráfico han experimentado una
alteración radical; todo se hace de prisa y en estado de agitación: la noche se
aprovecha para viajar, el día para los negocios, aun los «viajes de placer» son
ocasiones de fatiga para el sistema nervioso; la inquietud producida por las
grandes crisis políticas, industriales, financieras, se trasmite a círculos de
población más amplios que antes; ( La Moralidad sexual Cultural y la nerviosidad
moderna. Sigmund Freud 1908)
En psicoanálisis es necesario el tiempo. «Ese «necesario el tiempo» [«faut le
temps»],es el ser que solicita del inconsciente para retornar cada vez que lo
necesitara, si necesitara el tiempo.
Es el analista el que soporta, bastante tiempo, aquello del sujeto que viene
a decirse para hacer arribo a la conclusión.
Tiempo en el análisis, tiempo de la época, tiempo del capitalismo; el tiempo
es oro…
Cuando Newton llegó a escribir acerca de que la idea de la gravedad le vino
cuando estaba sentado en posición contemplativa de la que únicamente lo
distrajo la caída de una manzana, que no por caer en su cabeza, marcó menos
un corte del tiempo que le dió lugar a concluir.
El tiempo inaugural del Big Bang, consensúa la marca a partir del cual se
puede contar, hacer historia del tiempo, como sitúa Hawking, el acto de Dios
que dio origen.

LO ATEMPORAL DE LO INCONCIENTE

En 1915, en «Lo inconsciente», comenta Freud que «los procesos del sistema
Icc son atemporales, es decir, no están ordenados con arreglo al tiempo, no se modifican por el transcurso de éste, ni en general, tienen relación alguna con
él. También la relación con el tiempo se sigue del trabajo del sistema Cc»

.. En Más allá del principio del placer(1920) –vol. XVIII, p.28-, Freud dice que la
tesis kantiana al tiempo y al espacio como formas imprescindibles de «nuestro
pensar, puede hoy someternos a revisión a la luz de ciertos conocimientos
psicoanalíticos. «Tenemos averiguado que los procesos anímicos inconscientes son
en s í a t emp o r a l e s . Es t o s i gni f i c a , en p r ime r t é rmino , q u e no s e o r d ena r on
temporalmente, que el tiempo no altera nada en ellos, que no puede apartárseles la
representación del tiempo». En ambos textos (así como en aquellos en los que de
manera no tan explícita lo menciona, por ejemplo en La negación (1925) , en Notas sobre la pizarra mágica- o en forma incipiente desde Proyectos de psicología(1895) - describe esta noción de atemporalidad del inconsciente en el mismo
sentido.
Lo que es intemporal es el tiempo cronológico.
La fundamentación freudiana va hacia la cronología.
Es necesario el tiempo para dar cuenta de la estructuración subjetiva, los
tiempos del Edipo.
Ya en la carta 46 a Fliess, Freud diferenciaba los tiempos de la represión,
indiferente para la elección de la neurosis, de los tiempos del suceso traumático,
que sí determinaban la elección del sujeto.
Delimitó los tiempos del dormir de los tiempos del despertar, con relación
a los recuerdos encubridores.
En los tres ensayos, refiere a los dos tiempos de la elección de objeto, de la
infancia y de la pubertad, a lo que el período de latencia le hace de intervalo.
Los tiempos de una fantasía, que desarrolla en el delirio y los sueños de la
gradiva, que separa en lo actual que dispara, el recuerdo de otro tiempo y el
deseo que se proyecta en una escena en el futuro.
Serán tres los tiempos de constitución del fantasma en pegan a un niño,donde el segundo tiempo, reconstruido por el análisis, da su valor a los otros
dos, en tanto es lo que permanece inconsciente.
De allí puede establecerse que los dos tiempos son reflexivos, tales como los
del trauma, entre el originario y el posterior que lo evoca o el tiempo del fort y
el tiempo del da., mientras que el tres define conclusión.
Lacan, refiriendo a los tres tiempos lógicos, marca una lógica. Esta lógica le
otorga a la repetición de dos escansiones un valor que es el de engendrar al
sujeto del aserto por el tiempo de esas escansiones, aislando simultáneamente
la función específica de la urgencia.
Y es curioso, dice Lacan, que haya puesto en segundo tiempo el tiempo para
comprender, el tiempo para comprender lo que hay que comprender. Es la única cosa
de esta forma que hice lo más depurada posible, la única cosa que había que
comprender. Es que el tiempo para comprender no va si no hay tres.

Es el tiempo para comprender lo que va a dar lugar al lugar fundamental
del intervalo y cuya lógica determina al lugar del sujeto en «el entre dos».
De allí que pueda decirse musicalmente, que el sujeto es el lugar del silencio
entre dos notas.
Es necesario el tres, para el discurrir subjetivo en la cadena, ya que el dos, sin
el tres, hace caer sobre el uno. De concluir se trata de concluir de través. Sin lo
cual, si no hay esos tres, no hay nada que motive lo que se manifiesta con claridad
en el dos, o sea esa escansión, que es la de una detención, la de un cesar y un
recomienzo.

ALIENACIÓN SEPARACIÓN

En la constitución del sujeto, se estructura la díada alienación separación,
propia del seminario XI.
Une dos conceptos freudianos: identificación y represión.
Introducir al sujeto en el significante, el advenimiento del sujeto es producto
de la intimación del Otro, pues parte de su respuesta en tanto que es primera,eso habla de él.
«El Otro hace del grito, llamada («omnipotencia de la respuesta»).
La respuesta precede a la pregunta.
A nivel de la alineación como identificación, el vacío del conjunto es sustituido
por S1, elección forzada: opta por la bolsa (el Otro) o la vida (conjunto sujeto)
entre la parte vacía del conjunto y la parte llena.
«El vel de la alienación se define por una elección -cuyas propiedades depende
de que en la reunión uno de los elementos entrañe que sea cual fuere la elección,
su consecuencia sea un ni lo uno ni lo otro. Dice el personaje femenino del film
Crustace et coquillages
, frente a la elección: ¿Por qué debe ser sí o no, acaso no
puede ser sí y no al mismo tiempo?
La elección sólo consiste en saber si uno se propone conservar una de las
partes, ya que la otra desaparece de todas formas.
Al introducir al sujeto en el significante uno se confronta con el par S1-S2. La
identificación fundamental esta sostenida por S1, solo que implica el borramiento
del sujeto.
S1 crea al sujeto y a la vez lo borra. Si hay sujeto es por obra y gracia del
significante. Es el S1 el que aporta el trazo mínimo que permite decir no hay.
En la separación se introduce la intersección, el sujeto no esta representado
en el Otro del significante, sino que se ubica por su falta.
En la alienación el sujeto esta representado en el Otro por S1 y esto hace que
sea solicitado por efectos de sentido.
En la separación al sujeto le queda su vacío, con el que puede solicitar el vacío
en el Otro.
Allí donde estaba el sujeto esta el objeto perdido, el objeto a. En el seminario
11 el inconsciente es no solo discontinuidad (que es compatible con el
significante), sino como un borde que se abre y se cierra, como una boca, un ano.
El agujero es introducido como una pérdida y justificado como una pérdida
natural.
Allí se pueden introducir los objetos de la pulsión como reparando o colmando
esta pérdida de vida. El goce se reparte a continuación bajo las figuras del objeto a.
En el seminario XIV la alienación ya no es la enajenación solo en el Otro sino
la creación de una nueva forma social correlativa a la ciencia: la alienación en el
objeto, lo que hace a la ciencia forcluir al sujeto.
Y el sujeto forcluído retorna como desecho o como producción de los gadgets
de la ciencia. Aquí entonces el silenciamiento del goce se diferencia del callarse
de la pulsión.
En Encore, Lacan, define al sujeto como el efecto de lo que se desliza en la
cadena significante y es al signo de ese sujeto a lo que puede devenir amor.
Entonces es decir que se ama a un silencio entre dos significantes.
Esta localización de lo que hace signo para el amor en el intervalo abre a la
cuestión necesaria de lo que en el capitalismo apunta a la prisa propia de la
Flambée Époque

LOS TIEMPOS DEL SUJETO NEUROTICO

Puede definirse a las particularidades subjetivas respecto a su posición
respecto al tiempo, en la medida que están atravesados por los rasgos de su
estructuración.
Como para el sujeto obsesivo, quien es alguien que no está jamás ahí donde
está en juego algo que podría ser calificado su deseo. Esto no es posible más
que desplegándolo en el tiempo, temporalizando esta relación, volviendo a
dejar siempre, para mañana, su compromiso en esa verdadera relación del deseo.
Es siempre para mañana que el obsesivo reserva el compromiso con su verdadero
deseo.
La anticipación obsesiva de su encuentro con la «guadaña del tiempo»,
viabiliza en el presente la presentación de prórrogas, que en su acumulación lo
dejan al borde de la precipitación vía el pasaje al acto. En la Argentina lo
hemos ejemplificado en la escena de calles y autopistas, donde la velocidad
automovilística, en las fallas de su regulación, precipita innumerables pasajes al acto ante el desvaído de la autoridad.
La modalidad histérica por el contrario lleva los rasgos de la estructura
instantánea, relacional de estar a la hora de la verdad.
Su forma de poder quedar expuesta al goce del Otro, es donde rehusa, en
nombre del real. Colette Soler remite la modalidad histérica marcada por la
prevalencia del ideal del día siguiente, del otro lugar y del no todavía.
Es donde la histérica utiliza el deseo del otro y se identifica con su falta, es
decir, es una militante de lo que no existe. De allí el rasgo conclusivo respecto
al relámpago de la verdad. Contrariamente a la modalidad obsesiva, la histérica
precipita la conclusión ante la penumbra del deseo del Otro.
La moda l idad f óbi c a s e o r i ent a en e l mundo po r l a l o c a l i z a c i ón de l
significante fóbico que hace borde, débil y laxo, a la angustia.
Esa playa de la angustia hace al tiempo presente la escena que apunta a
abolir tanto los arrestos del pasado como las líneas cercanas del futuro.
La anticipación se juega en las coordenadas de la evitación y la precipitación
en la huida del deseo del Otro. Los tiempos, en la modalidad fóbica, pueden
oscilar entre la proximidad a la marmolización obsesiva tanto como a la cercanía
al aturdimiento histérico.
Los rasgos del sujeto perverso responden al tiempo acelerado de su dirección
hacia la los agujeros en el otro, vehiculizados por la cercana certeza de su
identificación al látigo del Otro. Lo cual, como lo que ordena al perverso es el
partenaire, es lo que lo introduce en la escena del tiempo.
Aquello que hace límite al masoquista, es el límite de goce. Y es lo que
marca el tiempo. Goce, interrupción, goce, interrupción.
Si partimos de que el psicótico se refiere por el significante en lo real, la
secuencia temporal no marca su ser. Ese fuera del significante hace a la cuestión
de un tiempo marcado por la convención y respecto al cual, tiene lugar el hacer
calle, fuera de los tiempos del Otro.
Se distingue el esquizofrénico por la fragmentación horaria, el paranoico
mas bien por la infinitud sobre el que organiza el delirio, mientras la melancolía
vive en el pantano eternizante y el maníaco , como dice Soler, por la serie de
instantes yuxtapuestos en el desorden ahistórico.
Y sobre estos rasgos, ¿como desarrollar la serie de las presentaciones del
síntoma autista?, ¿como pensar los tiempos del sujeto adicto, del anoréxico,
del bulímico, y otros, que la época en su empuje produce incesantemente?
El goce toxicómano es el paradigmático del autismo del goce contemporáneo.
Cuando los ideales sostienen un modo de goce, el circuito debe pasar por el
Otro social. Nuestro modo de goce actual se sitúa por los plus- de –goce, lo
que hace a su precariedad porque ya no esta mas solidificado, no esta mas
garantizado por la colectivización del modo de goce
Podrá ser el psicoanálisis una forma de operación que dé tiempo al sujeto?

LOS TIEMPOS Y LA EPOCA

Cuando Lacan en los setenta escribe el discurso capitalista lo escribe así:
Con lo que afirma que no se trata de que el capitalista apunte a la forclusión
del sujeto, sino más bien a ponerlo como consumidor. Las flechas apuntan a
un círculo cerrado, donde quedan trastocados los lugares que ocupan las letras.
Se trata de un sujeto amo que manda a la cadena del lenguaje para producir el
objeto, pero es igualmente verdadero que al mismo tiempo es un sujeto
mandado, y ese círculo describe en nuestra realidad a lo que apunta el consumo.
En uno de sus fragmentos póstumos Walter Benjamín, define al capitalismo
como religión: «El capitalismo es quizás el único caso de un culto no expiatorio,
sino culpabilizante… Una monstruosa conciencia culpable que no conoce redención
se transforma en culto, no para expiar en él su culpa, sino para volverla universal…
y para capturar finalmente al propio Dios en la culpa… Dios no ha muerto, sino
que ha sido incorporado en el destino del hombre».
En nuestro territorio capitalista la «libertad» de horarios obliga a pequeños
comerciantes a abrir los días «festivos» (la fiesta del capital se intensifica esos
días) si es que quieren subsistir. Será precisamente en Navidades, orgía del
consumista capitalismo revestida con ropajes de celebración cristiana, cuando
el gran capital, haciendo que la mercancía penetre en la intimidad y produzca
lo que George Luckacs denominó «cosificación de la subjetividad», lleve al
extremo su ceremonia culpabilizante.
Giorgio Agamben , tomando de Benjamín este concepto, plantea que el
capitalismo lleva al extremo una tendencia presente en el cristianismo y que
es absolutizar y generalizar la estructura de la separación que define la religión.
Esta separación es es lo que precisa desunir lo sagrado y lo profano. Lo
sagrado (sacer, santus venerandus) es aquello que quedaba en la esfera de los
dioses, fuera las cosas, de la esfera del derecho humano.
De allí define la religión como aquello que sustrae cosa, lugares, animales o
personas del uso común y los transfiere a una esfera separada.
Entonces la religión capitalista realiza la pura forma de la separación sin
que haya nada que separar. El objeto de consumo (hasta el mismo cuerpo
humano) es sustraído hacia la esfera propia del producto a consumir.
Sitúa en una vieja bula del papa Juan XXII, «Ad conditorem canonum»
la separación entre el uso y el objeto de consumo, siendo en la época, que el
acto mismo del uso no existe antes de ejercerlo y es algo que no se puede tener,
que no se puede constituir en una propiedad. El uso entonces, es inapropiable.
De allí podemos colegir que los consumidores en la sociedad actual
consumen objetos porque creen ejercer su derecho de propiedad sobre ellos y
por lo tanto su uso les resulta ajeno.
Esos objetos de consumo, que Lacan en el XVII definió como letosas
poniendo en relación con la aletosfera, el lugar de producción de la tecnología
científica.
Las letosas representan al saber de la ciencia.
El saber trabaja en la producción de letosas, de objetos plus de gozar.
¿Podemos decir que ese saber trabaja bajo el mando del significante amo?
Las letosas es el nombre de los objetos, que se les proponen e incluso imponen
en tiempos de la ciencia . Y letosas responden a que la producción tiene que ver
con los tiempos. Letosas es el nombre que toman hoy las causas del deseo.
Podemos decir justamente que estas letosas son bienes de consumo
El sujeto del capitalismo, lo que tiene es un deseo de goce, pero bajo la
forma de una apropiación, porque deseo de goce hay muchas formas de deseo
de goce, el goce bajo la forma de apropiación de los bienes, del dinero, de la
plusvalía, de los gadget, estos objetos calculados para sostener nuestro apetito.
Podemos entonces definir que estas letosas ocupan el lugar del silencio, allí
donde puede el sujeto hacerse representar.
Ese lugar donde llueven los nombres de las marcas que pasan a representarlo
aunque a condición de cubrirlo. Y ahí el sujeto se aliena al objeto, es cuerpo de
consumo, es marcas de consumo.
Entonces ya el sujeto de la época es Dolce & Gabanna, es Ford, es Sony y
las letosas hacen de él, un semblante brilloso ante la sociedad del espectáculo.
En la clínica
La precipitación generalizada opera en el descreimiento acerca del valor del
duelo y sus tiempos. El sujeto consumidor opera letosas en el lugar de las
pérdidas y paga seguros para prevenir que habrá siempre algo en el lugar de lo
que falta.
Un paradigma es la posición del drogadicto. Por este camino, la definición
cobra otra dimensión: la droga es el punto de referencia que nombra una práctica
(la toxicomanía), a partir de la cual se crea un personaje: el toxicómano. El
toxicómano no es un sujeto, sino un personaje que por hacer con la droga, crea
un yo soy, un «yo soy toxicómano», que le permite escapar a las improntas que
impone la función fálica. A partir de la fórmula «yo soy toxicómano», el hecho
de ser hombre o mujer no tiene importancia. No hay en la toxicomanía lo
masculino y lo femenino, solo existen consumidores, el sueño del discurso
capitalista.
El toxicómano es el personaje de la modernidad que con su trabajo quiere
probar que el inconciente no existe.
Tanto el toxicómano como tantos otros llegan a la consulta en la precipitación del no hay tiempoEl adicto consume drogas y en tanto ello, como fue planteado más arriba
no las usa.
Así que la APA norteamericana se propone incluir entre las adicciones, al
atracón de compras, que es, aun más que el toxicómano, el paradigma de la
época y que atraviesa la subjetividad en la cultura.
En otro lugar que las terapias de la compensación, el psicoanálisis, su clínica,
se constituye, tomando la idea agambeana, en una práctica profanante, una
práctica que opera descompletando lo sagrado del consumo, dejando al sujeto
la factibilidad de su elección, que se permita el uso o el no uso.
Opera, el dispositivo, en la dirección de los tiempos del sujeto.
Es posible entonces, determinar el dispositivo analítico operando como
excavador de intervalo.
El traslado alienante con que la religión capitalista obtura el intervalo,
que el lema»Compre ya», es su bandera.
¿Podemos entonces definir a la clínica psicoanalítica como un destraslapador
profanante, que excava el intervalo, por debajo de las letosas que abruman al
sujeto?
¿Podemos situar junto a una clínica del sujeto en intención, dispositivos y
operaciones en relación a la pareja y a la familia que apunten al hacer intervalo
hospitalario?
¿Puede hacer lazo con el es necesario el psicoanálisis para hacer tiempo para
el sujeto?
¿Es importante introducir cambios en el dispositivo? ¿Es necesario, para que el psicoanálisis esté a la altura de la época?

Jorge Zanghellini, Horacio Bilkis, Stella López, Alicia Dubin, Florencia Borgoglio y Yanina Gette
Foro Psicoanalítico de La Plata


  • Lacan, Jacques. Radiofonía y televisión, pag 46.editorial Anagrama. Barcelona. 1977
  • Sigmund Freud, «Lo consciente» (1915), en Obras Completas, (Buenos Aires: Amorrortu, 1992) –vol. XIV, p. 184
  • Más allá del principio del placer (1920) –vol. XVIII, p.28-,
  • La negación (1925) –vol.XIX, p.249-
  • Notas sobre la pizarra mágica –vol .XIX, p.239
  • Proyectos de psicología (1895) –vol.I, pp. 382-383-
  • Crustaces et coquillages. Dirección : Oliver Ducastel y Jacques Martineau . Francia . 2006.
  • Zanghellini, J. Trastorno obsesivo al volante. (humorística versión) publicada en forma digital en Psyché navegante, revista de Psicoanálisis y cultura. Buenos Aires. 2007.
  • Soler, C. le temps qu’il faut. En les structures freudiennes du temps.
  • Benjamín, Walter, Capitalismo como religión, en Benjamin,W., Gesammelte Schriften, Suhrkampn Verlag, , 6
  • Bands, en Vol.6, páginas 100-103. Frankfurt,1972-1985.( la traducción castellana del mencionado texto realizada por Luis Meana y aparecida en el diario El País el 20 septiembre de 1990)
  • Agamben, Giorgio. Elogio de la profanación. En Profanaciones. Adriana Hidalgo editora. Buenos Aires. 2005
  • Lacan, J. Seminario XVII. El anverso del psicoanálisis. Paidós. Buenos Aires. 1992.

Publicación de la Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano
Zonas América Latina Norte, América Latina Sur, España

“El atravesamiento del fantasma a partir de la ultimísima enseñanza de Lacan”

  Florencia Borgoglio Introducción   Las dos teorías del Pase en Lacan, muestran el cambio en la teorización en relación del lugar...