lunes, 18 de noviembre de 2019

Las Psicosis ordinarias, de la mano de Miquel Bassols


Por: Ana María González Ochoa
Hablemos de las Psicosis ordinarias, un término acuñado por Jacques Alain Miller en los años 90, como una primera aproximación a lo que posteriormente el psicoanálisis lacaniano habrá de reconocer como una nueva perspectiva clínica, en la concepción y el abordaje del sujeto contemporáneo y de su época.
La clínica clásica, también llamada estructural, que es fundamentalmente una clínica diferencial entre Neurosis y Psicosis, se desprende de los primeros capítulos del texto de Lacan, De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis, de 1958. Allí Lacan hace una formalización lógica de lo que en Freud es el Edipo, en términos de metáfora. Es esta la famosa Metáfora Paterna que funciona por la sustitución del término Deseo de la Madre, por el significante Nombre del Padre. Es así como el enigma sobre el deseo de la madre, es metabolizado por la Función Paterna, y da como resultado una significación, un sentido.
Esta sustitución del Deseo de la Madre por el Nombre del Padre, permite la producción de la Significación fálica, significación con la cual el sujeto se orienta en el mundo, ya que le servirá como brújula frente al Deseo del Otro.
La Metáfora paterna y la Significación fálica son los dos pilares que durante algún tiempo se interrogarán para distinguir entre Neurosis y Psicosis.
El sujeto de la Neurosis se asienta sobre la estructura edípica y se sostiene sobre la inscripción del Nombre del Padre, se convierte en un creyente en el Padre y esta creencia será su religión.
Para referenciar lo que sucede en la Psicosis se tomará el término freudiano Verwerfung, que se traduce Forclusión, y que no se refiere a que algo haya sido reprimido, borrado, ni tampoco desplazado, como sucede en la Neurosis. Sino que apunta a señalar que algo no ha quedado inscripto de ninguna manera en el lugar del Otro. En la Psicosis, se trataría entonces, de la forclusión del Nombre del Padre, de la no-inscripción del significante Nombre del Padre, en el inconsciente.
Por otra parte desde esta perspectiva, el desencadenamiento en la Psicosis, ejemplificado a través del caso Schreber trabajado por Freud; se explica como un momento en la vida del sujeto, en el que se debe disponer del significante Nombre del Padre para ordenar la relación con el Otro, pero a falta de ese significante, dice Lacan, responde un agujero.
En palabras de Bassols, en su ponencia de Febrero de 2018, de cara al 11avo congreso de la AMP en Barcelona, se abre un agujero en lo simbólico que deberá ser restituido en lo imaginario… y el delirio… viene entonces como un intento de estabilizar la estructura, intento que los analistas deberemos saber acompañar.
Toda esta formalización produjo una clínica sólida, pero finalmente resultó insuficiente para dar cuenta de la presencia, cada vez más común, de una serie de fenómenos que no podían explicarse partiendo de ella.
Estos fenómenos discretos, como los llama Miquel Bassols, se presentan en la experiencia como:
. Una prevalencia de identificaciones en el plano imaginario.
. Una relación imaginaria con el cuerpo, que sigue a los desajustes tanto de la imagen del cuerpo como de su experiencia.
. Inflexiones sutiles del discurso, que quedan fuera de sentido.
. Fenómenos velados de alusión.
. Pequeñas suplencias.
y los llama discretos, porque no tienen nada de extraordinarios. Son tan comunes que cualquiera podría haberlos experimentado, por lo que apunta que solo en y bajo transferencia podrían revelarse como pertenecientes a la clínica de la psicosis.
El término Psicosis ordinarias de Jacques Alain Miller, que responde a la aparición de estos fenómenos discretos, implicará entonces a una nueva clínica que más allá del Edipo freudiano, pluraliza los Nombres del Padre, afirmando que no se trata de que el Nombre del Padre ordene la estructura, sino de diversos significantes que pueden venir a cumplir esta función. Que no es, ó Neurosis ó Psicosis. Que no hay una frontera que delimite a estos dos territorios excluidos el uno del otro, donde de un lado operó la Función Paterna y del otro, no operó. Sino que se trata más bien, de una clínica continuista, donde más que frontera, encontramos un litoral que se ensancha y se convierte en un dominio. Donde el Nombre del Padre ya no es un nombre propio, sino que funciona más como un predicado lógico, donde ” X” tiene la propiedad del Nombre del Padre y diferentes soluciones pueden funcionar como él.
La pluralización de los Nombres del Padre implica que el propio Nombre del Padre, él mismo está en el lugar de una suplencia y que la metáfora delirante (el delirio), no es una suplencia del Nombre del Padre, sino que la Metáfora paterna, es ella misma una suplencia entre otras.
Esto nos lleva claramente a una clínica de la singularidad, del caso por caso, donde lo importante es lo que tiene de incomparable cada uno. No se trata más de clasificaciones que agrupan los casos que tienen algo en común, sino de lo que no es común en cada uno de ellos.
Pasamos de considerar a la Psicosis como un desarreglo fundamental, una no-inscripción en lo simbólico de los significantes estructurales; a la noción de la forclusión generalizada, de lo no-inscripto para todo hombre, que una metáfora, siempre única y en algún sentido delirante, intentará suplir para construir un tipo de realidad que oriente más o menos, mejor o peor, a cada sujeto en su singularidad.
La noción de Psicosis ordinarias, recoge también la posición del analista en la transferencia, que estará sostenida siempre por su distancia del delirio del paciente, pero también por su distancia de la realidad, no menos delirante, a la que se ha alienado el propio analista. Y lo alerta, como dice Lacan en su post-scriptum en el texto De una cuestión preliminar… de “creerse en posesión de una idea adecuada de la realidad, ante la cual, su paciente se mostraría desigual”.(pág. 261, Escritos 2, en castellano)
Finalmente este término, nos pone frente a las consideraciones de Lacan sobre la subjetividad delirante del mundo contemporáneo, donde la forclusión generalizada, ya no del sujeto particular, sino de la civilización como sujeto, ha operado inscribiéndose en los ideales de la época y se ha manifestado:
. En la política, que ante la caída estrepitosa de la autoridad, recurre a la legalidad como única garantía.
. En la ciencia determinista, que forcluye al sujeto y su capacidad inherente de elegir.
. Y en la religión, con su empuje delirante a la creencia en el significante del Uno solo.
Nos encontramos en este marco, con la normalidad de las Psicosis ordinarias, que compatibles con este orden social y apoyadas en estos ideales estabilizantes de la forclusión, aparecen como no desencadenadas, ni desencadenables.
El recorrido que Miquel Bassols hace en su ponencia del 16 de febrero de este año 2018, hacia el 11avo congreso de la AMP “Las psicosis ordinarias y las otras, bajo transferencia”, es extenso y minucioso en su transitar por esta dimensión y no solo nos proporciona una mirada panorámica del desplazamiento que la experiencia analítica, opera sobre la formalización de sus conceptos, siempre abiertos. También resulta sumamente esclarecedor al explicarnos esta nueva forma de normalidad del sujeto contemporáneo.
Los invito a escucharla en el blog de la AMP…
Referencias Bibliográficas
    Bassols, Miquel “Las psicosis ordinarias y las otras, bajo transferencia”, 16 de febrero del 2018. Apertura del XI Congreso de la AMP.
    Lacan, J., “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” (1957–1958), en Escritos 2, Siglo XXI editores, Bs. As., 1989.
    Miller, J.-A. “Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria”, en Freudiana nº 58, 2010.
Arte: Hollie Chastain

No hay comentarios:

Publicar un comentario

“El atravesamiento del fantasma a partir de la ultimísima enseñanza de Lacan”

  Florencia Borgoglio Introducción   Las dos teorías del Pase en Lacan, muestran el cambio en la teorización en relación del lugar...